El café es un mundo complejo y rico. Los granos de café son la materia prima para una bebida que puede presentar un abanico muy amplio de aromas y sabores. El sabor y aroma final de una taza de café depende del origen del fruto, de la variedad de café en grano o molido, del proceso de tostado y molienda, de la cafetera e incluso del agua utilizada para la infusión. Entre todos estos factores, tener un buen café tostado es uno de los más importantes.
Escoger el tipo de café ideal que se adapta a nuestro gusto no siempre es fácil. En el mercado existen variedades de café y formatos de presentación muy diferentes. Por eso te presentamos la guía definitiva para ayudarte a seleccionar tu café.
Café en grano
El café en grano se conserva fresco durante más tiempo. Además, molerlo en el momento permite que se mantenga todo el aroma del café. Un 60% de los compuestos volátiles del café se pierden solo 15 minutos después de moler el grano. Así pues, el café en grano molido al momento nos permite disfrutar del mejor café en casa.
Para moler el café en grano hace falta un molinillo y tener en cuenta el grado de molienda necesaria según la cafetera que utilicemos:
· Molido fino: para cafetera expreso
· Molido medio: para cafetera italiana y de goteo
· Molido grueso: para cafetera de prensa francesa
Existen diferentes tipos de café en grano según la variedad y el nivel de tostado. Estas variantes le confieren aromas y sabores diferentes.
Café molido
El café molido y envasado es el más consumido. Tiene muchas ventajas ya que nos ahorra un paso a la hora de preparar una taza de café.
Actualmente el café molido mantiene los aromas y sabores durante más tiempo gracias al envasado hermético al vacío justo después de la molienda. En este sentido, la válvula presente en algunos envases permite expulsar el CO2 para proteger aromas y sabores y prevenir la oxidación.
La gran variedad de cafés molidos se adapta a todos los gustos y formas de extracción.
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